Si bien algunos países tienen legislación específica para estos pacientes, esta está más enfocada a su reintegración social que a la laboral.
En Europa apenas hay legislación nacional específica destinada a que los pacientes con cáncer o los supervivientes de esta enfermedad conserven su trabajo o se reincorporen al mercado laboral, tarea en la que se encuentran con barreras como el estigma o la escasa flexibilidad en sus lugares de trabajo.
Así lo refleja un informe elaborado por la Comisión Europea sobre la reintegración laboral de las personas con cáncer, que señala además que, si bien algunos países tienen legislación específica para estos pacientes, esta está más enfocada a su reintegración social que a la laboral.
Sin embargo, es mucho más frecuente la legislación dirigida a que las personas con discapacidad o enfermedades crónicas puedan seguir en su puesto o reincorporarse al mercado laboral y, en algunos casos, estas pueden aplicarse a quienes han sufrido cáncer, con medidas como prestaciones sociales, legislación en materia de igualdad o disposiciones en los códigos laborales.
Además, el documento señala que hay poca legislación en desarrollo específica para pacientes de cáncer.
Según el informe, la “gran mayoría” de las acciones en Europa destinadas a la integración laboral de las personas con cáncer dependen de proveedores individuales, ya sean fundaciones, organizaciones sin ánimo de lucro, agencias de reincorporación laboral o empresas privadas.
Entre estas, los autores consideran que las destinadas a adaptar las funciones y el lugar de trabajo son “fundamentales” para que la reincorporación después o durante el cáncer sea efectiva, en particular el retorno parcial, evitando pasar del cero al cien por cien de la jornada, y las que permiten combinar periodos de trabajo y tratamiento.
Asimismo, algunos países cuentan con servicios de información y asesoría específicos para la reincorporación al trabajo, en la que los pacientes se encuentran con varios “obstáculos”, según el informe.
El principal son los problemas de salud y las complicaciones derivadas de la enfermedad, que se suman a la falta de apoyo para la reinserción laboral y la falta de flexibilidad en el lugar de trabajo, a pesar de lo cual las dificultades financieras empujan a algunos pacientes a volver antes de estar preparados física o mentalmente, según el informe.
“Otro desafío es que el cáncer sigue estando estigmatizado, y mientras alguien con un historial de cáncer puede ser capaz y querer mantener su trabajo o volver al mismo, algunos empleadores y compañeros pueden tener dificultades para aceptar que es posible trabajar con cáncer”, añaden los autores.
Además, otros factores sociodemográficos, laborales o ligados al tratamiento pueden afectar a la reinserción: la reincorporación a trabajos muy exigentes a nivel físico o mental o a empleos de baja cualificación suele ser más lenta y menos exitosa, por ejemplo.
Entre las mujeres con cáncer, las responsabilidades en materia de cuidados son una de las razones fundamentales por las que es menos probable que vuelvan al trabajo que los hombres; mientras que por el lado de los empleadores, las pymes tienen más dificultades para adoptar estrategias de reinserción laboral por su menor flexibilidad y recursos financieros.
El informe, que forma parte del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, recoge una decena de buenas prácticas en la materia, entre ellas, el protocolo para el retorno al trabajo tras una baja de larga duración en pymes de la Comunidad de Madrid, que da directrices para adaptarse a las necesidades del trabajador, así como el Protocolo de Colaboración de Andalucía, que da orientaciones para mejorar la empleabilidad de grupos vulnerables.